La historia de la Ferrari Enzo «Rebuild»

> El modelo, la «F60 que no fue»

ferrari enzo accidente

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El Enzo fué el primer Ferrari de ‘calle’ con un motor V12 de seis litros y una transmisión secuencial de fórmula 1, 660 caballos de potencia y cambios de marcha en 150 milisegundos. Velocidad punta de 349 kilómetros/hora, donde a 299 kilómetros/hora ya genera una carga aerodinámica de 771 kilos.

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Entre la gran cantidad de información (mucha de ella inexacta debido a la exclusividad del hecho en sí) se sostiene que para poseer un Ferrari Enzo, debías ser el dueño del al menos ya tres Ferraris. En el caso de su «antecesor de igual o mayor exclusividad», el Ferrari F50, era al menos un coche Ferrari. Luego de haber investigado profundamente en la red, también se conoce la información de que Ferrari mismo proponía a sus clientes entrar en la lista. Y éstos debían ya tener un F40 o F50 en su haber.

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> Cuando la historia pesa, y el pie también.

Pero en el caso particular de un ejemplar del año 2004, con número de chasis 135564 existe una peculiar historia que comenzó en Maranello Italia cuando fue fabricada, tuvo su ápice de interés en Malibú en Estados Unidos y «termina» en París, Francia.

Resulta que un tal Stefan Eriksson, sueco nacido en 1961 protagonizó el video que acabas de ver. Conocido como ‘Fat Stefan’ o ‘The Banker’, era un alto ejecutivo de Gizmodo, una empresa de videojuegos que quiso competir con Nintendo y Sony pero solo consiguió quebrar tras perder 300 millones de dólares. Uno de los juegos que ofrecía es el ‘Stunt Car Extreme’, consistente en hacer acrobacias con coches lanzados a más de 200 kilómetros por hora.

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La firma entró en crisis cuando se desveló que Eriksson era realmente un miembro de la mafia sueca y que había introducido en la cúpula de Gizmondo a sus secuaces. ‘Fat Stefan’ y su banda estaban acusados, entre otros crímenes, de secuestro, falsificación, asaltos, narcotráfico y posesión ilegal de armas.

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> El comienzo del «Rebuild»:

El coche se encontraba en un estado aparentemente terminal. El chasis se había partido en dos separando la célula del habitáculo del vano motor y tren trasero. Este tipo de rotura es más habitual de lo que se cree en el Enzo. Ferrari diseñó el chasis para que en caso de accidente, el motor V12 central no pudiera invadir el habitáculo con la separación total del chasis en dos partes. Incluso en revisiones integrales este sistema podía utilizarse para poder acceder al motor de manera sencilla. Por tanto estamos ante una rotura programada y entre comillas, reparable.

Y entonces, en nuestra historia entra la Ferrari Classiche, que se puso manos a la obra para restaurar una pieza única y dejarla como recién salida de fábrica. El resultado es este Enzo repintado en Nero Daytona y equipado con asientos de cuero rojo.

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Pero entonces, en 2016 en París nos encontramos con que RM Sothebys una compañia de Subastas de Renombre, agrega el lote de este ejemplar con la siguiente descripción:

"El chasis fue reparado y revisado y el coche se terminó con una combinación de colores deslumbrantes de Nero Daytona sobre asientos de cuero Rosso. El automóvil fue construido con un puñado de características especiales, que incluyen navegación por satélite, un sistema estéreo Bose, una cámara de marcha atrás, ventanas eléctricas y un alerón trasero en fibra de carbono con 'Enzo script', que agrega un toque de lujo al interior de otro modo espartano . Actualmente, el automóvil tiene solo 2.500 kilómetros en su cuentakilómetros y ha permanecido en Europa desde su reconstrucción. Además, el automóvil ha sido bendecido y certificado por Ferrari Classiche, lo que confirma su autenticidad en todos los sentidos. Hoy en día, permanece prácticamente como nuevo y está listo para disfrutarlo en la carretera abierta.

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Datos del Lote en la Web de RM Sotherby’s el 3 de Febrero de 2016

Y así, este ejemplar encontró nuevo propietario por una suma 1,76 millones de dólares por él, algo más de 1,57 millones de euros



PD: Esta nota surge a raíz de que la contara Damián Chiappone hace unos días en uno de sus videos y entonces así me enteré de que esta historia que ya conocía aún no había terminado. Y ya que estamos en cuarentena, le sumamos un poco de humor:

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